Desamores de tren
Posted by cobak en 8 agosto, 2007
Tren con destino Sant Vicenç de Calders, 35 minutos de retraso. Subo y me acomodo en un grupo de cuatro asientos que acaban de quedar vacíos, al instante una mujer ligeramente madura se sienta a mi lado. Es muy guapa, de unos treinta y tantos. De piel fina, clara y bien cuidada. Morena y de ojos tristes de color canela. Elegante y delicada, recoge su pelo en una cola alta que despeja su bonita frente. Su perfume la acompaña dulcemente, con olor a frambuesa y marido que la desprecia. Sabe que la observo, sabe que la estudio, pero no se asusta ni se incomoda. De manera poco disimulada hago rozar nuestros brazos, teniendo cuidado en que sea la piel y no la tela lo que se toque.
Como contestación ella, con un suave y delicado movimiento, extrae de su bolso un delgado libro encuadernado en tapa blanda. No logro ver exactamente el título ni el autor ya que al bajar la mirada sus pechos me despistan durante un largo rato, su delgado cuerpo y su pequeña blusa, me muestran un escote ligeramente pecoso con pechos pequeños y firmes. Ella inspira profundamente y aguanta un instante la respiración, aumentando el tamaño de sus senos. Parece que necesita parecer bonita y joven a toda costa así que con una sonrisa pícara le hago saber que lo es.
El libro había perdido totalmente mi interés hasta que ella con otro ademán perfecto saca ahora un bolígrafo azul. Me doy cuenta entonces de que el libro esta subrayado. Muy subrayado. Miro el margen superior izquierdo y veo: Las dudas de toda mujer, creo que se titula. ¡Un libro de auto-ayuda! Me levanto y la miro con desprecio y es este el único momento en el que se sorprende y me mira extrañada. Antes de darme la vuelta le digo:
– Alguien como tú no debería leer estas cosas.
Me voy y me coloco en la puerta dándole la espalda. No quiero volver a ver su preciosa cara y darme cuenta de lo imbécil que es.
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